7 de agosto de 2007

Dos épocas del madridismo

En mi primer artículo en este blog me gustaría hacer una reflexión. Me gustaría comparar dos épocas del madridismo. La época de Florentino y los Galácticos, y la breve época de Calderón y el coraje.


Existen distintas opiniones y gustos para cada una. Algunos añoran aquella época de estrellas y glamour que llevó al madrid a lo más alto de Europa, pero también a lo más bajo que podía llegar el club. Anteponiendo los colores y el sentimiento a los anuncios, el marketing y la fama.




Otros por el contrario detestan aquella parte de la historia y prefieren esta que hace poco ha comenzado. Una época, con un presidente algo excéntrico y en muchos momentos incompetente pero con un equipo que derrocha garra, casta, furia y sentimiento por los colores y el escudo. Un equipo que a pesar del mal juego es capaz de remontar partidos con el corazón.



Yo en cambio, soy madridista como el que más pero no comparto ni me agrada ninguna.

Mi sueño y deseo sería mezclar ambas épocas y conseguir que un equipo tuviera los mejores jugadores del mundo, y al mismo tiempo derrochara casta y sentimiento en el campo.
Sé que es una utopía, pero soñar es gratis y confio en que dentro de poco se consiga.

Tengo que agradecer a Ismael el que me haya permitido colaborar en su blog y en el próximo artículo espero poder contaros que el Real Madrid ha fichado a Drenthe, Robben etc y que tenemos equipo competitivo para esta nueva liga que comienza.

1 comentario:

Ismaelin Ismael dijo...

Bienvenido Kerlon! Ya sabes que esta es tu casa ;).

Esta claro que lo mejor sería una mezcla de los dos equipos.
Como aficionado te diría que creo que el Bernabéu castiga antes a un jugador que no lo da todo en el campo que a uno limitado técnicamente (siempre dentro de unos límites). El problema es que la actitud está en la cabeza y todos los jugadores podrían tenerla mientras que la calidad técnica se tiene o no se tiene. Es una lástima que en los últimos años de la llamada epoca galáctica la actitud fuera una de las cuentas pendientes...